La vida trónica

Han pasado varios días que lentamente se han convertido en meses, y yo no paraba de pensar en ti, nunca abandonaste mi memoria y nunca la abandonaras (por mucho que me digan que cuando siga creciendo ya no te querré).

Ha pasado mucho tiempo, tiempo en el que ni siquiera he tenido tiempo para soñar contigo, tiempo para recordar todos los buenos momentos y todas las anécdotas que me ofreces. Ese tiempo muerto dentro de mí, que hacía que cada día te necesitara un poco más.

Han ido pasando sucesivamente tantas cosas, una detrás de otra, y tú no estabas frente mía para ayudarme, para ofrecerme un poco de tranquilidad y claridad.

Han pasado tantos días en el que mi meta no era otra sino terminar con esta vida para ya definitivamente poder pasar lo que me quedaba de tiempo contigo. Un tiempo que se me antoja ahora pequeño, pero un tiempo que se que será muy intenso.

Y por fin hoy puedo decir, que tras haber pasado tantas cosas, es hora de volver a reencontrarnos, es hora de amanecer contigo, de dormir y que veles mis sueños. Es hora de volver a mi tierra, a mis raíces y de poder apreciar lo que un barrio de un pueblo hermoso me puede ofrecer. Es hora de coger un guagua, para luego coger un ferry, para otra vez coger otra guagua hasta llegar a ti. Es hora de irme a Tamargada.

PD: echare de menos a muchas personas que dejo atrás, muchos momentos ocultos por distintos lugares de la laguna y en cierta medida echare de menos la “civilización”. Por eso no me quería ir antes sin volver a escribir algo en mi tablón, agradeciendo a esas dos personitas que no pararon de ayudarme en todo momento para que dentro de unas horas pueda estar camino a mi felicidad y mi familia. Gracias a las dos y felices vacaciones…descansen un poco de mí porque sabéis que vuelvo y con las pilas cargadas J las quiero.

Dedicado a la isla de la Gomera,
en especial al barrio de Tamargada (Vallehermoso)

               
P.M.A 05/08/2011